La mejor parte de una comida es comérsela, aquí no hay discusión que valga.

Recoger la mesa y devolverlo todo a la cocina se disputa, junto a otras labores, el premio a la tarea doméstica más fastidiosa. Pero hay pocas cosas en este mundo que no tengan solución, por eso existen los montaplatos, que son, simple y llanamente, ascensores para la vajilla y todo tipo de utensilios de cocina.

Técnicamente, este tipo de elevador no es más que un ascensor diseñado para transportar cargas pequeñas de una planta a otra. Podría ser desde un montaplatos hasta un montacargas con múltiples y muy variadas utilidades: transporte de paquetería en un almacén, de ropa en una tienda de moda, de libros en una biblioteca o, sin ir más lejos, de platos en un restaurante. Y aunque por lo general es una herramienta aplicada al sector servicios, no es extraño encontrarla también en viviendas unifamiliares de más de una planta.

Un montaplatos puede ser una conexión directa entre la cocina y otras estancias de la casa ubicadas en una planta diferente, como el salón o el comedor. Contar con uno en casa nos hará la vida más fácil, en la medida en que solo haremos viajes a la cocina cuando sea estrictamente necesario. También porque transportaremos los alimentos, la vajilla y la cubertería de forma mucho más segura e infinitamente más cómoda.

Para diseñar e instalar un montaplatos será necesario analizar el espacio disponible y deberán tenerse en cuenta las necesidades del inmueble, por eso es un tipo de elevador que se fabrica a medida.

De todas formas, existen una serie de características que por lo general, todos suelen compartir. Quédate con nosotros, que te lo contamos.

Analizando a fondo los montaplatos

Los montaplatos, como los elevadores que transportan personas, pueden tener dos tipos de tracción: eléctrica o hidráulica. A menudo alcanzan una velocidad que oscila entre los 0,30 y los 0,40 metros por segundo y acostumbran a tener una capacidad de carga de hasta 100 kg.

La distancia que pueden recorrer dependerá del tipo de tracción. Si son hidráulicos, suelen tener un recorrido de aproximadamente 12 metros, mientras que si son eléctricos, podrán recorrer una distancia mucho mayor.

Sus dimensiones estarán sujetas, como ya adelantábamos, a aquellas del espacio en el que se pretenda instalar. Normalmente, la altura íntegra del aparato se encuentra entre los 80 cm y el metro. En cuanto a la cabina, suelen tener medidas mínimas de 40×40 cm y máximas de 80×80.

Este tipo de ascensores presenta un acabado en acero inoxidable, mediante lo que se busca darles un aspecto elegante y discreto, para que haya el menor contraste posible con el mobiliario de la cocina y sus electrodomésticos.

Sus puertas, también de acero, son de guillotina, porque funcionan gracias a un mecanismo de poleas y contrapeso que permite que sus hojas se abran y cierren verticalmente.

Para mejor aprovechamiento del espacio en la cabina, es frecuente encontrar equipado su compartimento interior con dos o más bandejas, que podrán ser extraíbles y ajustables a diferente altura si se desea. De hecho, acertaríamos al decir que un montaplatos se parece bastante a una estantería o repisa en movimiento.

Dicho queda entonces; los montaplatos puede ser de gran utilidad no solo en el ámbito profesional, también dentro de nuestros propios hogares.

¿Crees que a tu negocio o vivienda le vendría bien un montaplatos? Cuéntanoslo todo aquí y te proporcionaremos asesoramiento personalizado.

Y si quieres dedicarle un rato más a la lectura, ¡echa un vistazo a esta entrada reciente de nuestro blog sobre ascensores y el espacio!

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